PROFETAS MAYORES
(5)
Lamentaciones de Jeremías
Capítulo 1
Primera lamentación
- 1
- ¡Cómo ha quedado sola la ciudad populosa! La grande entre las naciones se ha vuelto como viuda, La señora de provincias ha sido hecha tributaria.
- 2
- Amargamente llora en la noche, y sus lágrimas están en sus mejillas. No tiene quien la consuele de todos sus amantes; Todos sus amigos le faltaron, se le volvieron enemigos.
- 3
- Judá ha ido en cautiverio a causa de la aflicción y de la dura servidumbre; Ella habitó entre las naciones, y no halló descanso; Todos sus perseguidores la alcanzaron entre las estrechuras.
- 4
- Las calzadas de Sion tienen luto, porque no hay quien venga a las fiestas solemnes; Todas sus puertas están asoladas, sus sacerdotes gimen, Sus vírgenes están afligidas, y ella tiene amargura.
- 5
- Sus enemigos han sido hechos príncipes, sus aborrecedores fueron prosperados, Porque Jehová la afligió por la multitud de sus rebeliones; Sus hijos fueron en cautividad delante del enemigo.
- 6
- Desapareció de la hija de Sion toda su hermosura; Sus príncipes fueron como ciervos que no hallan pasto, Y anduvieron sin fuerzas delante del perseguidor.
- 7
- Jerusalén, cuando cayó su pueblo en mano del enemigo y no hubo quien la ayudase, Se acordó de los días de su aflicción, y de sus rebeliones, Y de todas las cosas agradables que tuvo desde los tiempos antiguos. La miraron los enemigos, y se burlaron de su caída.
- 8
- Pecado cometió Jerusalén, por lo cual ella ha sido removida;
- Todos los que la honraban la han menospreciado, porque vieron su vergüenza; Y ella suspira, y se vuelve atrás.
- 9
- Su inmundicia está en sus faldas, y no se acordó de su fin; Por tanto, ella ha descendido sorprendentemente, y no tiene quien la consuele. Mira, oh Jehová, mi aflicción, porque el enemigo se ha engrandecido.
- 10
- Extendió su mano el enemigo a todas sus cosas preciosas; Ella ha visto entrar en su santuario a las naciones De las cuales mandaste que no entrasen en tu congregación.
- 11
- Todo su pueblo buscó su pan suspirando; Dieron por la comida todas sus cosas preciosas, para entretener la vida. Mira, oh Jehová, y ve que estoy abatida.
- 12
- ¿No os conmueve a cuantos pasáis por el camino?
- Mirad, y ved si hay dolor como mi dolor que me ha venido; Porque Jehová me ha angustiado en el día de su ardiente furor.
- 13
- Desde lo alto envió fuego que consume mis huesos; Ha extendido red a mis pies, me volvió atrás, Me dejó desolada, y con dolor todo el día.
- 14
- El yugo de mis rebeliones ha sido atado por su mano; Ataduras han sido echadas sobre mi cerviz; ha debilitado mis fuerzas; Me ha entregado el Señor en manos contra las cuales no podré levantarme.
-
- 15
- El Señor ha hollado a todos mis hombres fuertes en medio de mí; Llamó contra mí compañía para quebrantar a mis jóvenes; Como lagar ha hollado el Señor a la virgen hija de Judá.
- 16
- Por esta causa lloro; mis ojos, mis ojos fluyen aguas, Porque se alejó de mí el consolador que dé reposo a mi alma; Mis hijos son destruidos, porque el enemigo prevaleció.
- 17
- Sion extendió sus manos; no tiene quien la consuele; Jehová dio mandamiento contra Jacob, que sus vecinos fuesen sus enemigos; Jerusalén fue objeto de abominación entre ellos.
- 18
- Jehová es justo; yo contra su palabra me rebelé. Oíd ahora, pueblos todos, y ved mi dolor; Mis vírgenes y mis jóvenes fueron llevados en cautiverio.
- 19
- Di voces a mis amantes, mas ellos me han engañado; Mis sacerdotes y mis ancianos en la ciudad perecieron, Buscando comida para sí con que entretener su vida.
- 20
- Mira, oh Jehová, estoy atribulada, mis entrañas hierven. Mi corazón se trastorna dentro de mí, porque me rebelé en gran manera. Por fuera hizo estragos la espada; por dentro señoreó la muerte.
- 21
- Oyeron que gemía, mas no hay consolador para mí; Todos mis enemigos han oído mi mal, se alegran de lo que tú hiciste. Harás venir el día que has anunciado, y serán como yo.
- 22
- Venga delante de ti toda su maldad, Y haz con ellos como hiciste conmigo por todas mis rebeliones; Porque muchos son mis suspiros, y mi corazón está adolorido.
Capítulo 2
Segunda lamentación
- 1
- ¡Cómo oscureció el Señor en su furor a la hija de Sion! Derribó del cielo a la tierra la hermosura de Israel, Y no se acordó del estrado de sus pies en el día de su furor.
- 2
- Destruyó el Señor, y no perdonó; Destruyó en su furor todas las tiendas de Jacob; Echó por tierra las fortalezas de la hija de Judá, Humilló al reino y a sus príncipes.
- 3
- Cortó con el ardor de su ira todo el poderío de Israel; Retiró de él su diestra frente al enemigo, Y se encendió en Jacob como llama de fuego que ha devorado alrededor.
- 4
- Entesó su arco como enemigo, afirmó su mano derecha como adversario,
- Y destruyó cuanto era hermoso. En la tienda de la hija de Sion derramó como fuego su enojo.
- 5
- El Señor llegó a ser como enemigo, destruyó a Israel; Destruyó todos sus palacios, derribó sus fortalezas, Y multiplicó en la hija de Judá la tristeza y el lamento.
- 6
- Quitó su tienda como enramada de huerto; Destruyó el lugar en donde se congregaban; Jehová ha hecho olvidar las fiestas solemnes y los días de reposo en Sion, Y en el ardor de su ira ha desechado al rey y al sacerdote.
- 7
- Desechó el Señor su altar, menospreció su santuario; Ha entregado en mano del enemigo los muros de sus palacios; Hicieron resonar su voz en la casa de Jehová como en día de fiesta.
- 8
- Jehová determinó destruir el muro de la hija de Sion; Extendió el cordel, no retrajo su mano de la destrucción; Hizo, pues, que se lamentara el antemuro y el muro; fueron desolados juntamente.
- 9
- Sus puertas fueron echadas por tierra, destruyó y quebrantó sus cerrojos;
- Su rey y sus príncipes están entre las naciones donde no hay ley; Sus profetas tampoco hallaron visión de Jehová.
-
- 10
- Se sentaron en tierra, callaron los ancianos de la hija de Sion; Echaron polvo sobre sus cabezas, se ciñeron de cilicio;
- Las vírgenes de Jerusalén bajaron sus cabezas a tierra.
- 11
- Mis ojos desfallecieron de lágrimas, se conmovieron mis entrañas, Mi hígado se derramó por tierra a causa del quebrantamiento de la hija de mi pueblo, Cuando desfallecía el niño y el que mamaba, en las plazas de la ciudad.
- 12
- Decían a sus madres: ¿Dónde está el trigo y el vino? Desfallecían como heridos en las calles de la ciudad, Derramando sus almas en el regazo de sus madres.
- 13
- ¿Qué testigo te traeré, o a quién te haré semejante, hija de Jerusalén? ¿A quién te compararé para consolarte, oh virgen hija de Sion? Porque grande como el mar es tu quebrantamiento; ¿quién te sanará?
- 14
- Tus profetas vieron para ti vanidad y locura; Y no descubrieron tu pecado para impedir tu cautiverio, Sino que te predicaron vanas profecías y extravíos.
- 15
- Todos los que pasaban por el camino batieron las manos sobre ti; Silbaron, y movieron despectivamente sus cabezas sobre la hija de Jerusalén, diciendo: ¿Es esta la ciudad que decían de perfecta hermosura, el gozo de toda la tierra?
- 16
- Todos tus enemigos abrieron contra ti su boca; Se burlaron, y crujieron los dientes; dijeron: Devorémosla; Ciertamente este es el día que esperábamos; lo hemos hallado, lo hemos visto.
- 17
- Jehová ha hecho lo que tenía determinado; Ha cumplido su palabra, la cual él había mandado desde tiempo antiguo. Destruyó, y no perdonó; Y ha hecho que el enemigo se alegre sobre ti, Y enalteció el poder de tus adversarios.
- 18
- El corazón de ellos clamaba al Señor; Oh hija de Sion, echa lágrimas cual arroyo día y noche; No descanses, ni cesen las niñas de tus ojos.
- 19
- Levántate, da voces en la noche, al comenzar las vigilias; Derrama como agua tu corazón ante la presencia del Señor; Alza tus manos a él implorando la vida de tus pequeñitos, Que desfallecen de hambre en las entradas de todas las calles.
- 20
- Mira, oh Jehová, y considera a quién has hecho así. ¿Han de comer las mujeres el fruto de sus entrañas, los pequeñitos a su tierno cuidado? ¿Han de ser muertos en el santuario del Señor el sacerdote y el profeta?
- 21
- Niños y viejos yacían por tierra en las calles; Mis vírgenes y mis jóvenes cayeron a espada; Mataste en el día de tu furor; degollaste, no perdonaste.
- 22
- Has convocado de todas partes mis temores, como en un día de solemnidad; Y en el día del furor de Jehová no hubo quien escapase ni quedase vivo; Los que crié y mantuve, mi enemigo los acabó.
Capítulo 3
Tercera lamentación
- 1
- Yo soy el hombre que ha visto aflicción bajo el látigo de su enojo.
- 2
- Me guió y me llevó en tinieblas, y no en luz;
- 3
- Ciertamente contra mí volvió y revolvió su mano todo el día.
- 4
- Hizo envejecer mi carne y mi piel; quebrantó mis huesos;
- 5
- Edificó baluartes contra mí, y me rodeó de amargura y de trabajo.
- 6
- Me dejó en oscuridad, como los ya muertos de mucho tiempo.
- 7
- Me cercó por todos lados, y no puedo salir; ha hecho más pesadas mis cadenas;
- 8
- Aun cuando clamé y di voces, cerró los oídos a mi oración;
- 9
- Cercó mis caminos con piedra labrada, torció mis senderos.
- 10
- Fue para mí como oso que acecha, como león en escondrijos;
- 11
- Torció mis caminos, y me despedazó; me dejó desolado.
- 12
- Entesó su arco, y me puso como blanco para la saeta.
- 13
- Hizo entrar en mis entrañas las saetas de su aljaba.
- 14
- Fui escarnio a todo mi pueblo, burla de ellos todos los días;
- 15
- Me llenó de amarguras, me embriagó de ajenjos.
- 16
- Mis dientes quebró con cascajo, me cubrió de ceniza;
- 17
- Y mi alma se alejó de la paz, me olvidé del bien,
- 18
- Y dije: Perecieron mis fuerzas, y mi esperanza en Jehová.
- 19
- Acuérdate de mi aflicción y de mi abatimiento, del ajenjo y de la hiel;
- 20
- Lo tendré aún en memoria, porque mi alma está abatida dentro de mí;
- 21
- Esto recapacitaré en mi corazón, por lo tanto esperaré.
- 22
- Por la misericordia de Jehová no hemos sido consumidos, porque nunca decayeron sus misericordias.
- 23
- Nuevas son cada mañana; grande es tu fidelidad.
- 24
- Mi porción es Jehová, dijo mi alma; por tanto, en él esperaré.
- 25
- Bueno es Jehová a los que en él esperan, al alma que le busca.
- 26
- Bueno es esperar en silencio la salvación de Jehová.
- 27
- Bueno le es al hombre llevar el yugo desde su juventud.
- 28
- Que se siente solo y calle, porque es Dios quien se lo impuso;
- 29
- Ponga su boca en el polvo, por si aún hay esperanza;
- 30
- Dé la mejilla al que le hiere, y sea colmado de afrentas.
- 31
- Porque el Señor no desecha para siempre;
- 32
- Antes si aflige, también se compadece según la multitud de sus misericordias;
- 33
- Porque no aflige ni entristece voluntariamente a los hijos de los hombres.
- 34
- Desmenuzar bajo los pies a todos los encarcelados de la tierra,
- 35
- Torcer el derecho del hombre delante de la presencia del Altísimo,
- 36
- Trastornar al hombre en su causa, el Señor no lo aprueba.
- 37
- ¿Quién será aquel que diga que sucedió algo que el Señor no mandó?
- 38
- ¿De la boca del Altísimo no sale lo malo y lo bueno?
- 39
- ¿Por qué se lamenta el hombre viviente? Laméntese el hombre en su pecado.
- 40
- Escudriñemos nuestros caminos, y busquemos, y volvámonos a Jehová;
- 41
- Levantemos nuestros corazones y manos a Dios en los cielos;
- 42
- Nosotros nos hemos rebelado, y fuimos desleales; tú no perdonaste.
- 43
- Desplegaste la ira y nos perseguiste; mataste, y no perdonaste;
- 44
- Te cubriste de nube para que no pasase la oración nuestra;
- 45
- Nos volviste en oprobio y abominación en medio de los pueblos.
- 46
- Todos nuestros enemigos abrieron contra nosotros su boca;
- 47
- Temor y lazo fueron para nosotros, asolamiento y quebranto;
- 48
- Ríos de aguas echan mis ojos por el quebrantamiento de la hija de mi pueblo.
- 49
- Mis ojos destilan y no cesan, porque no hay alivio
- 50
- Hasta que Jehová mire y vea desde los cielos;
- 51
- Mis ojos contristaron mi alma por todas las hijas de mi ciudad.
- 52
- Mis enemigos me dieron caza como a ave, sin haber por qué;
- 53
- Ataron mi vida en cisterna, pusieron piedra sobre mí;
- 54
- Aguas cubrieron mi cabeza; yo dije: Muerto soy.
- 55
- Invoqué tu nombre, oh Jehová, desde la cárcel profunda;
- 56
- Oíste mi voz; no escondas tu oído al clamor de mis suspiros.
- 57
- Te acercaste el día que te invoqué; dijiste: No temas.
- 58
- Abogaste, Señor, la causa de mi alma; redimiste mi vida.
- 59
- Tú has visto, oh Jehová, mi agravio; defiende mi causa.
- 60
- Has visto toda su venganza, todos sus pensamientos contra mí.
- 61
- Has oído el oprobio de ellos, oh Jehová, todas sus maquinaciones contra mí;
- 62
- Los dichos de los que contra mí se levantaron, y su designio contra mí todo el día.
- 63
- Su sentarse y su levantarse mira; yo soy su canción.
- 64
- Dales el pago, oh Jehová, según la obra de sus manos.
- 65
- Entrégalos al endurecimiento de corazón; tu maldición caiga sobre ellos.
- 66
- Persíguelos en tu furor, y quebrántalos de debajo de los cielos, oh Jehová.
Capítulo 4
Cuarta lamentación
- 1
- ¡Cómo se ha ennegrecido el oro! ¡Cómo el buen oro ha perdido su brillo! Las piedras del santuario están esparcidas por las encrucijadas de todas las calles.
- 2
- Los hijos de Sion, preciados y estimados más que el oro puro, ¡Cómo son tenidos por vasijas de barro, obra de manos de alfarero!
- 3
- Aun los chacales dan la teta, y amamantan a sus cachorros; La hija de mi pueblo es cruel como los avestruces en el desierto.
- 4
- La lengua del niño de pecho se pegó a su paladar por la sed; Los pequeñuelos pidieron pan, y no hubo quien se lo repartiese.
- 5
- Los que comían delicadamente fueron asolados en las calles; Los que se criaron entre púrpura se abrazaron a los estercoleros.
- 6
- Porque se aumentó la iniquidad de la hija de mi pueblo más que el pecado de Sodoma, Que fue destruida en un momento, sin que acamparan contra ella compañías.
- 7
- Sus nobles fueron más puros que la nieve, más blancos que la leche; Más rubios eran sus cuerpos que el coral, su talle más hermoso que el zafiro.
- 8
- Oscuro más que la negrura es su aspecto; no los conocen por las calles; Su piel está pegada a sus huesos, seca como un palo.
- 9
- Más dichosos fueron los muertos a espada que los muertos por el hambre; Porque éstos murieron poco a poco por falta de los frutos de la tierra.
- 10
- Las manos de mujeres piadosas cocieron a sus hijos; Sus propios hijos les sirvieron de comida en el día del quebrantamiento de la hija de mi pueblo.
- 11
- Cumplió Jehová su enojo, derramó el ardor de su ira; Y encendió en Sion fuego que consumió hasta sus cimientos.
- 12
- Nunca los reyes de la tierra, ni todos los que habitan en el mundo, Creyeron que el enemigo y el adversario entrara por las puertas de Jerusalén.
- 13
- Es por causa de los pecados de sus profetas, y las maldades de sus sacerdotes, Quienes derramaron en medio de ella la sangre de los justos.
- 14
- Titubearon como ciegos en las calles, fueron contaminados con sangre, De modo que no pudiesen tocarse sus vestiduras.
- 15
- ¡Apartaos! ¡Inmundos! les gritaban; ¡Apartaos, apartaos, no toquéis! Huyeron y fueron dispersados; se dijo entre las naciones: Nunca más morarán aquí.
- 16
- La ira de Jehová los apartó, no los mirará más; No respetaron la presencia de los sacerdotes, ni tuvieron compasión de los viejos.
- 17
- Aun han desfallecido nuestros ojos esperando en vano nuestro socorro; En nuestra esperanza aguardamos a una nación que no puede salvar.
- 18
- Cazaron nuestros pasos, para que no anduviésemos por nuestras calles; Se acercó nuestro fin, se cumplieron nuestros días; porque llegó nuestro fin.
- 19
- Ligeros fueron nuestros perseguidores más que las águilas del cielo; Sobre los montes nos persiguieron, en el desierto nos pusieron emboscadas.
- 20
- El aliento de nuestras vidas, el ungido de Jehová, De quien habíamos dicho: A su sombra tendremos vida entre las naciones, fue apresado en sus lazos.
- 21
- Gózate y alégrate, hija de Edom, la que habitas en tierra de Uz; Aun hasta ti llegará la copa; te embriagarás, y vomitarás.
- 22
- Se ha cumplido tu castigo, oh hija de Sion; Nunca más te hará llevar cautiva. Castigará tu iniquidad, oh hija de Edom; Descubrirá tus pecados.
Capítulo 5
Quinta lamentación
- 1
- Acuérdate, oh Jehová, de lo que nos ha sucedido; Mira, y ve nuestro oprobio.
- 2
- Nuestra heredad ha pasado a extraños, Nuestras casas a forasteros.
- 3
- Huérfanos somos sin padre; Nuestras madres son como viudas.
- 4
- Nuestra agua bebemos por dinero; Compramos nuestra leña por precio.
- 5
- Padecemos persecución sobre nosotros; Nos fatigamos, y no hay para nosotros reposo.
- 6
- Al egipcio y al asirio extendimos la mano, para saciarnos de pan.
- 7
- Nuestros padres pecaron, y han muerto; Y nosotros llevamos su castigo.
- 8
- Siervos se enseñorearon de nosotros; No hubo quien nos librase de su mano.
- 9
- Con peligro de nuestras vidas traíamos nuestro pan Ante la espada del desierto.
- 10
- Nuestra piel se ennegreció como un horno A causa del ardor del hambre.
- 11
- Violaron a las mujeres en Sion, A las vírgenes en las ciudades de Judá.
- 12
- A los príncipes colgaron de las manos; No respetaron el rostro de los viejos.
- 13
- Llevaron a los jóvenes a moler, Y los muchachos desfallecieron bajo el peso de la leña.
- 14
- Los ancianos no se ven más en la puerta, Los jóvenes dejaron sus canciones.
- 15
- Cesó el gozo de nuestro corazón; Nuestra danza se cambió en luto.
- 16
- Cayó la corona de nuestra cabeza; ¡Ay ahora de nosotros! porque pecamos.
- 17
- Por esto fue entristecido nuestro corazón, Por esto se entenebrecieron nuestros ojos,
- 18
- Por el monte de Sion que está asolado; Zorras andan por él.
- 19
- Mas tú, Jehová, permanecerás para siempre; Tu trono de generación en generación.
- 20
- ¿Por qué te olvidas completamente de nosotros, Y nos abandonas tan largo tiempo?
- 21
- Vuélvenos, oh Jehová, a ti, y nos volveremos; Renueva nuestros días como al pr incipio.
- 22
- Porque nos has desechado; Te has airado contra nosotros en gran manera.
No hay comentarios:
Publicar un comentario